Mi historia de vida

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24 de diciembre 2002, me preparaba para festejar la Navidad, de pronto mi oído derecho se taponeó, lo asocié con el agua de mar ya que en ese momento, residía en un Balneario llamado Piriápolis, en Maldonado, Uruguay. Pasaban los días y el oído seguía tapado.

Tomé la decisión de visitar al Médico.

El diagnóstico, un tumor maligno detrás de mi laringe. Empecé con terapia oncológica, quimioterapia, radio. Y secuelas terribles que fueron mellando mi resistencia física.

A los meses de empezar el tratamiento, había rebajado 40 kilos, debido a las graves quemaduras en mi boca y todo a su alrededor, como consecuencia del tratamiento con radio.

Al amanecer del DIA X, Dios me tenía preparado un MILAGRO. Debido a mi debilidad, no podía caminar, me agotaba muy rápido. Mi lugar favorito era sentarme frente al Pesquerito de Punta Fría, en un sillón, en el patio de la casa donde residía en ese fantástisco lugar. Esa mañana pasaba mi vecina, me vio y me dijo: no puedo verte así Rafael. Te llevo a Montevideo a un lugar donde dan unas tisanas, etc, etc. Piriápolis dista de Montevideo 100 Km. Fue ahí donde Gustavo, mi primo hermano se comunica conmigo y me dice que vaya a verlo que el REIKI estaba recomendado, para los tumores.

Me vio, saque mi camisa, y los dos nos abrazamos, mi estado era lamentable, recuerdo sus primeras palabras, después de Reiki empezás a comer. El primer día sentí un fuego que me quemaba, eso fue el lunes, el viernes solo sentía tibieza.

El sábado como si nada hubiera pasado se me despertó el hambre, y las ganas de comer. Y me comí todo lo que era comestible que había en casa.

Al tiempo, mientras andaba por ahí viviendo y re feliz, mi oído se recuperó.Hice exámenes y el tumor había desaparecido.

Después de esto, me sentí diferente, me sentía muy bien, y con el corazón lleno de agradecimiento.

Empecé a pintar, mucho tiempo que no lo hacía; mi técnica se llama Puntillismo en pastel óleo y los Profesores que me alentaron a seguir con esta forma de pintar fueron dos, y se llaman de la misma forma Sergio Curto, Padre e Hijo. Con ellos descubrí este mundo irreal de descomponer colores. (Nota: Para que la técnica surta el efecto adecuado, se debe mirar la obra a más de 2 o 3 metros de distancia).

Sobre la forma en que sobreviví, fue el milagro del amor, el que me mantuvo aferrado a la vida terrenal, el amor a mi familia, y sobre todo la Fe.
mucha FE
 

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